martes, 24 de octubre de 2023

Columna de Ajedrez (3)

Ajedrez, entendimiento y armonía

Octubre23 de 2023


  La abuela le inquirió un día: Tino, si como aficionado al Ajedrez sos un buen estratega y sabés de táctica, ¿por qué no te inclinaste nunca por la carrera militar? Muy sencillo vieja, prefiero recoger piezas caídas en un tablero de Ajedrez, a tener que limpiar sangre en un campo de batalla, o lo que es lo mismo, tener que asistir a combates en donde jóvenes que no se conocen ni se odian, se matan entre sí por órdenes de mayores que se conocen y se odian pero no se matan. Me identifico más como un Homo chess que como un Homo sapiens. Y terminó diciendo en voz baja para sí: podría asegurar, sin temor a equivocarme, que si más líderes mundiales se acercaran al Ajedrez, menos guerreros jugarían a la guerra y, quizá sería definitiva la transformación del mono en Homo pax.

  Así como la cultura y el arte promueven la comprensión, el acercamiento entre diferentes y estimulan el contacto, el Ajedrez sí que puede ser un camino inteligente hacia la paz y el entendimiento...

  El Deporte Ciencia, como escenario lúdico del Pensamiento Complejo, obliga a revisar en cada jugada todo el tablero, todas las piezas, sus posiciones y todas sus posibles interacciones. Asimismo, en la vida y ante cualquier conflicto, son importantes la inclusión y la escucha de todos los involucrados, no incluirlos en el análisis puede traer consecuencias negativas. Y, aunque dicha inclusión no garantice la armonía, si crea las condiciones necesarias para la cooperación

  Este antiguo y noble juego de estrategia no solo es una actividad que despierta el intelecto y estimula la concentración. Puede ser un poderoso instrumento que fomente la concordia entre personas y pueblos. Todo conflicto exige análisis y pensamiento: formulación de ideas, propuestas y contrapropuestas.

  La razón debe dominar

todo pensamiento, toda

emoción y toda actividad

humana: Spinoza. 

  A través de su práctica, reglas y dinámicas, el Ajedrez promueve valores fundamentales como el respeto, la paciencia y la tolerancia. Para construir un mundo más armónico y comprensivo, enseña, entre otras tantas cosas, que no siempre se gana.

  Si bien el Ajedrez es un juego en el que dos adversarios se enfrentan en un tablero con el objetivo de capturar o cercar al rey oponente, es importante comprender que más allá de la competencia, también fomenta desde cada lado y en jornadas conjuntas, la búsqueda de la cooperación para su misma evolución y desarrollo. Es muy común ver a dos ajedrecistas, desde aficionados hasta Grandes Maestros, analizando la partida recién terminada buscando siempre mejores alternativas.

  Aunque los jugadores se enfrascan en una batalla intelectual, saben bien que mientras juegan, respetan las reglas, aceptan los movimientos y decisiones de sus oponentes y jueces, incluso si en un comienzo no comprenden o no están de acuerdo. Este respeto mutuo sienta las bases para el diálogo y la armonía en otros ámbitos de la vida donde las diferencias de opinión siempre surgirán.

  Frente a frente, en el tablero de Ajedrez, está sentado un émulo: nunca un demonio hostil.

  El Ajedrez enseña que las decisiones a tomar deben considerar todas las posibilidades (y sobre todo las consecuencias) antes de realizar un movimiento; un ataque.

  A través de su práctica profunda, la meditación y control mental que demanda, se pueden cultivar valores fundamentales para la paz, el buen juicio, la cooperación, el respeto y la paciencia.

  La última final del Campeonato del Mundo de Ajedrez, entre el chino Ding Liren (ganador) y el ruso Ian Nepomniachtchi, evidenció el descontrol que vivió y padeció, y no por primera vez, el finalista con más opción, el ruso.

  Si fomentamos la práctica y el amor por el Ajedrez en nuestros infantes, en la sociedad y entre las naciones, es probable que podamos allanar un camino hacia un mundo más comprensivo y pacífico donde las diferencias se aborden con diálogo, argumentos y respeto.

  Nos vemos pronto con un café y frente a un tablero.

Por Carlos Alberto Muñoz Cortés

aldeaxxi@gmail.com

+57 3217081906

masalladelos64.blogspot.com

domingo, 15 de octubre de 2023

Columna de Ajedrez (2)

 La India, el Ajedrez y la Luna

  Parece el título de un cuento oriental, y sí que lo es.

  Dice la leyenda que en el siglo sexto de nuestra era, un rey entristecido por la pérdida de su hijo en una batalla, pudo soportar su depresión gracias a un juego que un súbdito le inventó. Este simulaba una batalla entre cuatro reinos y su nombre era Chaturanga, juego que más tarde evolucionaría hasta llegar a ser el que hoy conocemos como Ajedrez; después de haber experimentado cambios y aportes en China, Persia, Rusia y Europa.

  La India es un gran país en el más amplio sentido de la palabra. Hoy es líder indiscutible en temas de programación y tecnologías de la información. Llegó este año a la Luna y sus jugadores de Ajedrez son protagonistas del siglo veintiuno. A pesar de los cambios y de haber sabido incrustarse en la modernidad, mantiene sus tradiciones culturales y religiosas. Es la democracia más grande del mundo y, al igual que China, alimenta una de las mayores poblaciones del planeta. Practica el Hinduismo y vive ‘organizada socialmente’ en un sistema jerárquico de castas que destaca a la mujer como protagonista de la familia, su desarrollo y educación. Tanto es así que el joven Maestro Praggnanandhaa, quien luchó hasta el último segundo por la Copa del Mundo de Ajedrez 2023, ha estado acompañado por su madre, siempre orgullosos el uno del otro.

  La India, después de muchos años de aislamiento, optó por abrir sus puertas al conocimiento y a la ciencia, por supuesto, sin dejar de lado su tradicional actitud reflexiva ante la existencia humana. Como resultado de aquellas decisiones y su ancestral amor a la astronomía,  en este mismo año, 2023, la India se convirtió en el primer país en aterrizar una nave no tripulada en el polo sur de la Luna, donde ninguno de los otros tres países visitantes del satélite -EEUU, Rusia y China- lo habían hecho.

  ¿Son eventos y resultados destacados e independientes el uno del otro; el acceso a las tecnologías de la información, el decidido impulso al Ajedrez y el viaje a la Luna?

  En años anteriores, la India había decidido apoyar otros campos del saber desde la educación secundaria: las Tecnologías de la Información y la Programación. Pero, he aquí el quid del asunto, el apoyo a la educación es solo posible para unos privilegiados, una casta superior que puede permitirse ir a una universidad de renombre. Después, si puede, deberá financiarse una maestría en EEUU.

  Como efecto de la anterior causa, cualquiera que haya tenido que ver con esta industria, ha debido trabajar con un programador indio. La India es hoy el 2º mayor exportador de software en el mundo. Empresa que se respete en Silicon Valley tiene en la parte más alta de su nómina representación india. Más del 70% de los permisos de trabajo emitidos para extranjeros son para ingenieros indios.

  ¿Y qué pasará hoy con la Inteligencia Artificial, IA?

  Cuando a finales del siglo pasado, Deep Blue, una máquina de IBM, le ganara al campeón del mundo, Gary Kasparov, en algunos espacios se llegó a pensar que era el fin del Ajedrez, pues no. Ocurrió todo lo contrario, la IA hoy sirve para entrenar mejor la inteligencia natural, claro, exige ciertos niveles de pericia y capacitación.

  El Ajedrez, gracias a las nuevas tecnologías, permite reclutar jóvenes dispersos, educar, distraer, entrenar, jugar y tener acceso a toda la necesaria información que puedan demandar los nuevos jugadores y sus entrenadores, sin importar su casta.

Por Carlos Alberto Muñoz Cortés

aldeaxxi@gmail.com

+57 3217081906

masalladelos64.blogspot.com

domingo, 8 de octubre de 2023

Columna de Ajedrez (1)

 








  En cierta ocasión, sentados en la biblioteca el abuelo y yo, hablando sobre la naturaleza (entendida como la sustancia permanente y primordial que se mantiene a través de los cambios que sufren los seres), de libros, del árbol, de Ajedrez, y discutiendo sobre evolución y conocimiento y, quizá él pensando más en los propósitos de las piezas de su Ajedrez, se paró lentamente a tomar un libro, sabía dónde se encontraba cada uno, me miró... Con mucho respeto y cuidado al libro, lo abrió, llegó a la página sesenta y cuatro -en la que tradicionalmente guardaba sus secretos y valores-, extrajo de él un velero elaborado en papiroflexia y lo desdobló con especial atención. Pude ver que en su interior se destacaba su letra, y desde él me leyó lo siguiente con la mayor seriedad del caso.

  "Igual que los libros, antes de fungir como ficticios e inanimados fragmentos de madera, ellas fueron parte viva de un árbol, con propósitos e intenciones. Llevan, por tanto, el instinto de la conservación y la pervivencia. Así, hoy, taladas, divididas y reformadas para continuar el juego de la vida convertidas en Peones o Reinas de un Ajedrez o, como partes de una obra escrita, no pueden ser privadas de su esencia ni de sus cualidades primarias y originales. Manifiestan de esta manera, que la savia aún corre impetuosa por su interior cargada de información y conocimiento: reinas, estas dos, de la evolución. Demuestran que saben defenderse de las amenazas externas, transmiten al rival, o lector, la idea de solidez, extensión y forma . Como ramas, que de jóvenes se cruzaban con la arboleda vecina, trasfieren en herencia a los Alfiles el talante para fajarse en punzantes diagonales y transversales. Los troncos, que alguna vez crecieron en línea recta y vertical hacia arriba, heredan a las Torres y a las bibliotecas su imponencia y solidez. Sus flores, semillas y hojas, tal cual panteico Caballo alado del dios Zeus, Pegaso; brincan y vuelan, como el pasar de una página, como el particular movimiento del Caballo sobre el tablero. En general, el hermano árbol con su sombra y cobijo representa lo que bien puede ser un buen Rey, un Rey Ilustrado. No obstante, en su infinita bondad natural, representan un papel que jamás conocieron como aborígenes del reino vegetal y que no está en su ADN: el absurdo de la batalla, carácter secundario que sobre el damero, el cuadro de Ajedrez con sus escaques; le impregna el Homo sapiens. ¿Es natural el comportamiento monstruoso o lo ha creado la naturaleza? Quizá la respuesta depende de si la sociedad está ligada a la naturaleza o se encuentra separada de ella".


viernes, 15 de septiembre de 2023

La huida de Napoleón Bonaparte

La huida de Napoleón Bonaparte


  En el universo del Ajedrez existe una infinidad de posiciones sobre el tablero; a veces reales, a veces ficticias. Son conocidas como problemas y en ellos se reta a dar Jaque Mate (encerrar al rey enemigo sin posibilidad de fuga) en un número determinado de jugadas o a ganar la partida (este caso es más conocido como estudio o final artístico): algo así como los crucigramas de los aficionados al Ajedrez.

  Los hay sencillos y los hay complejos y largos, y casi nunca con variantes, pues las jugadas son obligadas; de lo contrario, o el rey escapa o se alarga el número de jugadas necesarias, situación que no cumple con el reto propuesto.

  Un Gran Maestro ruso llamado Alexander Petrov (Gran Maestro es todo aquel que ha alcanzado una especie de posdoctorado en el juego ciencia), compuso un famoso problema al que llamó la Huida de Napoleón. Esta composición recrea la fallida invasión de Napoleón a Rusia en 1812 y su retirada.

  En la composición del diagrama el rey negro representa a Napoleón; casilla b1, en Moscú, de donde será expulsado por la caballería enemiga (blanca).

  Al otro extremo del tablero, y sobre la misma fila (horizontal), en h2, el rey blanco (el Zar Alejandro I), y así, sucesivamente […] hasta los dos grandes protagonistas de éste problema, los caballos blancos en e2 y f1, que representan a los cosacos rusos y quienes harán retroceder a Napoleón hasta París, representada por la casilla h8 para darle el Jaque Mate final.

  Pues bien: la coordinación de los caballos es esencial a la hora de dar jaques en este problema, ya que dependemos de la correcta combinación para que se cumpla el mate en 14 jugadas, en referencia a los 14 días que duró este asedio.

  Nota para ajedrecistas: es cierto que en algún momento la dama blanca podría dar un bonito mate en a8, lo que muchos critican al problema presentado por Petrov, pues se sostiene que es un error en la composición y que por tanto habría que recomponerlo, otros afirman que está perfectamente calculado: evidentemente el mariscal Kutuzov pudo haber derrotado a las tropas francesas en la mitad de su recorrido, pero este prefirió que la batalla final se librase lejos del territorio ruso. Debido a esa esto, le permitió a Napoleón y sus tropas cruzar el río Berézina con el fin de seguir hostigándolos hasta su propia frontera.

  En este punto, los caballos blancos han cumplido su cometido. Los temibles cosacos rusos lograron que Napoleón retrocediera de una punta del tablero hacia la otra, acorralándolo en París definitivamente. Pero, si han podido observar, ya no tienen posibilidad de jaque alguno. Entonces, ¿como vence Alejandro I a Napoleón? Pues bien, dejándole paso al mariscal Kutuzov con un bello movimiento de rey a g2 y jaque mate.

  Sin dudas, una elegante manera de demostrar que dentro del tablero de ajedrez también pueden contarse fantásticas historias. El perfecto posicionamiento de las piezas logra que, ante los coordinados jaques con los caballos, el rey negro solo pueda moverse hacia una sola casilla construyendo así un pintoresco camino desde Moscú (b1) hasta París (h8).

  Indudablemente otra notable forma de aprender historia junto a lo que más nos apasiona: un tablero de Ajedrez. 

jueves, 14 de septiembre de 2023

El Ajedrecista y el Tesorero de Dios


Pensamiento Estratégico

  Pensamiento estratégico se entiende como la capacidad de pensar en imágenes del futuro. Un enfoque sistémico permite planificar, predecir, prever nuevas oportunidades y esforzarse por aplicar opciones interesantes.

  En una mañana del mes de junio de 1718, el arzobispo de Canterbury salió en coche de su quinta para ir a Londres, en donde habría de cobrar cierta cantidad. Con las manos blancas y finas, cruzadas entre el vientre, y llena el alma de satisfacción, contemplaba la naturaleza, recreándose con el aire sano de la madrugada. Poco rato hacía que el sol había salido; el cielo purísimo prometía un tiempo excelente para el viajero y el bosque exhalaba perfumes suaves, pues ha de saberse que en aquellos tiempos crecían hermosos abetos en los puntos donde hoy se extienden los suburbios de Londres.

  El único acompañante del arzobispo era un Jockey de unos trece años, pues para poder disfrutar a sus anchas de aquella hermosa mañana, Su Eminencia se había separado de las demás personas de su séquito...

 Todo transcurría muy normal hasta que, al cruzar un recodo del camino, se le ofreció una singular aparición. Extendido en el césped se hallaba un campesino de agradable presencia, tenía la cabeza apoyada en las manos e inclinada sobre un tablero de Ajedrez, en el cual se veía una posición de una partida. La lucha se presentaba en toda actividad, las fuerzas blancas y las negras se hallaban entrelazadas y algunas piezas ya habían desaparecido del tablero. Sin embargo, el jugador estaba solo; o así por lo menos le pareció al arzobispo, quién mandó a detener su carruaje para contemplar aquel juego tan original. Efectivamente, no había nadie que fuese el contrincante de aquel indviduo, el que estaba solo y enfrascado en su juego mirando de vez en cuando hacia el cielo como interrogándole. Movido por la curiosidad, el arzobispo bajó del carruaje y se dirigió al jugador de Ajedrez.

-   ¿Qué hacéis, buen amigo?, le preguntó.

-   Ya lo ve Su Eminencia: juego al Ajedrez.

-   Parece que me conocéis.

-   Si, por cierto, Su Eminencia es el arzobispo de Canterbury.

-   Pero vos estáis solo, ¿dónde está vuestro antagonista?

  A esta pregunta el campesino señaló con la mano al cielo y contesto con seriedad:

-   Mi antagonista es el buen Dios, S. E.

  Al oír esta respuesta el arzobispo no pudo contenerse y soltó una alegre carcajada, pero el jugador sin perturbarse, continuó la partida y sus manos iban de uno al otro lado del tablero, puesto que, como se comprenderá, él movía las piezas del bando con que jugaba el buen Dios.

-   Las pérdidas no os resultarán muy caras; observó al cabo de un buen rato el arzobispo, que contemplaba lleno de compasión al extraño personaje.

-   No lo crea Su Eminencia, repuso rápidamente el joven, Dios es el menos indulgente de los acreedores, pues no me da ni un instante de espera, como podrá convencerse de inmediato, Su Eminencia. Hoy no he jugado bien, mire ahora, Dios ha capturado mi último alfil y no lo puedo remediar. Y para mayor pena ahora avanza con esa maldita Torre que yo no puedo tomar; antes de advertirlo ya me habrá dado jaque mate. Vea usted, ya terminó la partida, mire mi posición, y diciendo estas palabras, sacó del bolsillo una bolsa y entregó dos guineas al arzobispo.

-   Cuando pierdo, continuó el campesino, Dios me envía al momento una persona para cobrarse la ganancia. Ahora la apuesta era de dos guineas; tomadlas y que sean para los pobres.

-   El buen arzobispo debió aceptar las monedas a pesar de sus negativas, acto seguido el jugador recogió sus trebejos y se interno en la espesura del bosque.

-   Ese infeliz está rematadamente loco, pensó mientras se volvía a su coche, y dando la orden de marcha al Jockey llego a la capital sin otro incidente.

-   Al anochecer, cuando se ponía el sol, el distinguido viajero regresaba a su quinta. Al encontrarse en el mismo lugar donde por la mañana había hablado con el extraño ajedrecista, vio que este se encontraba otra vez allí, jugando una partida. El arzobispo no trato de detenerse, a causa de lo avanzado de la hora. Cuando el campesino observó eso, de un salto se levantó y tomando con fuerza a los caballos, hizo detener el coche.

-   Yo espero, exclamó, que Su Eminencia se digne examinar la partida que acabo de concluir en este momento.

-   Mucho lo siento amigo mío, pero es muy tarde y no puedo perder tiempo.

-   Le exijo bajar al momento, dijo con vos ruda aquel hombre, a la vez que abría la portezuela del carruaje.

-   ¿Qué significa ese tono? Preguntó el arzobispo, a punto de encolerizarse, pero se resignó y bajó del coche por temor de exasperar al loco.

-   Ya sabéis que esta mañana perdí, dijo el hombre mientras enseñaba el tablero al arzobispo. Hace ya 14 días que siempre pierdo, pero por fin, hoy me he logrado concentrar y la suerte se ha vuelto a mi favor. Ves, acabo de dar mate al buen Dios.

-   Mucho me alegro, pues Dios no dejara de pagarte.

-   Si, por cierto. Siempre que gano me envía un mensajero que me satisface y paga la apuesta con tanta puntualidad como yo las mías.

-   Ahora nos jugábamos mil guineas que seguro Su Eminencia me las pagará.

  Al oír esto el arzobispo dio un paso atrás.

- Digo la pura verdad, continuó el jugador, además tengo por aquí algunos amigos que podrán confirmar mis palabras.

  En aquellos tiempos las cercanías de Londres no tenían mucha fama de seguridad y no eran raros los contratiempos por el estilo del que ocurría ahora al arzobispo. Este sorprendido, y más irritado quizá por la treta que por la pérdida del dinero, sacó su bolsa y, por temor a los amigos mencionados, la entrego al jugador de ajedrez, diciendo.

- Tomad estas mil cien guineas y reconoced que Dios da siempre a sus criaturas más de lo que promete.

  Y subiendo al coche se alejó rápidamente.

  Desde entonces nunca más pasó por allí el arzobispo sin ir acompañado de numerosa comitiva, pues a pesar de su piedad, no estaba dispuesto a volver a ejercer el cargo de tesorero de Dios en aquella forma de marras.


domingo, 10 de septiembre de 2023

Mas allá de los 64... escaques del Ajedrez

Presentación de la novela corta

  Más allá de los 64...

escaques del Ajedrez

  Ajedrez, pensamiento complejo y filosofía aplicada

  Lanzamiento, diciembre 26 de 2023
Cali, Centro Cultural

 Relato breve para quien quiera curiosear y descubrir ciertas verdades objetivas. Narración que invita a reflexionar en torno a ciertos temas y a su relación como la filosofía, el ajedrez, el pensamiento estratégico y muy especialmente con el pensamiento complejo, axioma que los relaciona.

  Si bien la obra propone y explica, no es un ensayo. Narra una historia como un cuento, sin ser texto narrativo en su totalidad. Argumenta sin persuadir, por tanto, no es un texto argumentativo, puede, sí, ser un texto humanístico y, porqué no, germen para un libreto.

  ¿Qué tienen que ver Simón Bolívar o el artista M.C. Escher con el Ajedrez y el presente relato?

  ¿Estará reservada solo a científicos sociales y filósofos la reflexión sobre las cuestiones fundamentales de la ciencia y la vida?

¿Por qué un museo francés contrata a un investigador privado para vigilar y seguir a un viejo ajedrecista aficionado?

¿Es el Juego Ciencia solo una representación lúdica o alcanza la dimensión de praxis del Pensamiento Complejo?

¿Podrá un setentón, participar en un torneo de Ajedrez, de ranking mundial, y ubicarse en un puesto de privilegio?

Si me viera obligado a aconsejar una hermenéutica (una interpretación), habría que recurrir a la deconstrucción (rama de la filosofía o del método crítico mediante el cual se puede comprobar que el texto puede tener varios significados). Añadiría que el texto no solo consta de la palabra escrita, también se abre a la interpretación subjetiva: como puede suceder con una conferencia, una pintura, la escucha de un concierto o al observar arquitectura, en fin, a las experiencias perceptivas…

El texto revela misterios como el dibujo de M.C. Escher, el desconocido y valioso tablero de Ajedrez de Bolívar en Colombia o la secreta custodia de otras obras de arte de la mayor importancia. Narra el épico comienzo del final de vida de un ajedrecista aficionado. Un personaje (Tino), que tiene —y esconde— historias y pensamientos interesantes por revelar (un outsider), comoquiera que expone no pocas relaciones de la vida y la Filosofía con el Ajedrez a través de claras alegorías y aforismos.

  Se propone, entonces, una hipótesis sobre la relación del Pensamiento Complejo con el Juego Ciencia, mientras que cuestiona algunos paradigmas del mismo juego, de la religión, de la filosofía y de la misma vida. En otras palabras, el texto exhibe algunas verdades (¿) filosóficas presentadas por un librepensador, marginal filósofo y aficionado a los trebejos en una exaltación de la filosofía para la vida (filosofía aplicada a la cotidianidad), a las profesiones y al estudio del juego ciencia.

  No es un manual de Ajedrez ni enseña a jugarlo. Es para todo aquel que le guste reflexionar y/o mover las piezas. Es una lectura alternativa para el disfrute de ajedrecistas y unas reflexiones intelectualmente estimulantes para (filósofos) no académicos.

CARLOS ALBERTO MUÑOZ CORTÉS

aldeaxxi@gmail.com

Cel. +57 3217081906

Colombia

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